viernes, noviembre 16, 2007

Marco Teórico

MARCO TEÓRICO
Un diario de trabajo (DT) es, desde los requerimientos de la Escuela Normal (EN) y la experiencia personal, un cuaderno o libreta, o bien, hojas de carpeta en donde se registra (en forma manuscrita o computadora) y analiza la información (de una guía de observación) que se obtiene en las aulas donde se realizan prácticas, para obtener un mayor conocimiento sobre los niños del grupo y reflexionar las formas adecuadas para realizar una mejor intervención docente.
Pero veamos lo que nos dicen diferentes autores al respecto de los diarios de trabajo:
Porlán lo denomina el diario del profesor y afirma que “Su utilización periódica permite reflejar el punto de vista del autor, sobre los procesos más significativos de la dinámica en la que está inmerso” (p. 23). Con lo cual se coincide totalmente y es un aspecto que se integra dentro de los diarios de trabajo de las alumnas de la EN ya que son ellas las autoras de sus registros y nadie las sustituye en este aspecto.
Algunos autores, como Bolívar (citado por Díaz, p. 369) los llaman diarios de clase y nos explica que en ellos se recoge información que nos interesa para analizarla, interpretar o reflexionar sobre distintos aspectos del proceso educativo (el aprendizaje de los alumnos, la enseñanza, las interacciones maestro alumno, los procesos de gestión, la disciplina, etcétera)”
Díaz (p. 369) recomienda algunos aspectos a incluir, como:
a) contexto o ambiente de clase (dinámicas, relaciones sociales, participación)
b) actuación del profesor (estrategias metodológicas, formas de interacción, propósitos)
c) comportamientos de los alumnos (implicación en las actividades, estrategias, incidentes.
Casanova por su parte Define al diario como un “Instrumento en el que se anotan hechos que se han considerado importantes tanto en lo ocurrido en el centro del aula, como en la relación con algún alumno”, donde “También se suelen registrar datos en torno a la programación que el docente desarrolla, manifestando lo que se pensaba hacer, lo que se ha podido hacer, por qué se han cambiado determinados elementos”
En estas definiciones vemos que hay diferentes formas de nombrar al diario de trabajo: diario de profesor, diarios de clase, instrumento, pero que llevan la misma finalidad, registrar información obtenida en el campo de trabajo (Bolívar), en este caso en el aula, o bien hechos importantes (Casanova) según el punto de vista del autor (Porlán); para analizarla, interpretarla y reflexionarla (Bolívar). De hecho en el 7° semestre, las alumnas organizan su información en torno a los siguientes núcleos temáticos sugeridos por la asignatura seminario de análisis de trabajo docente I y II (p. 18):
1. Los niños
2. La educadora
3. El Jardín de niños
4. El ambiente familiar y social de los niños
En donde se pueden insertar cada uno de los aspectos mencionados anteriormente, por los autores citados. Entre todos ellos conforman un todo que lleva a comprender la dinámica de trabajo en los planteles escolares.
Hernández, por su parte, refiriéndose a las formas de presentación, define a los registros, como anotaciones o notas de campo y afirma: “Es conveniente que tales registros y notas se guarden o archiven de manera separada por evento tema o período” así como que “son como páginas separadas que se refieren a los diferentes sucesos o períodos (por día: lunes, martes, miércoles…). De cada hecho o período se anota la fecha y hora correspondiente (p. 541). Forma en que lo realizan las alumnas ya que anotan diariamente sus registros, con la fecha correspondiente y analizan cada uno de los períodos registrados, para contrastarlos con los siguientes.
Hasta aquí y considerando la dinámica del aula, podríamos afirmar al diario de trabajo como “Un recurso metodológico nucleador de todo este proceso” (Porlán, p.23), quien también afirma (como Bolívar) que es “una guía para la reflexión sobre la práctica, favoreciendo la toma de conciencia del profesor sobre su proceso de evolución y sobre sus modelos de referencia” (Porlán, p.23). La reflexión, establecida también como un contenido específico del último año de la licenciatura; sin embargo, a la cual se llega si el diario atiende a ciertas características que se plantean en la lectura de Porlán y son las siguientes:
- Categorización:
“No debemos olvidar que el objetivo en esta fase debe centrarse en ofrecer inicialmente una panorámica general y significativa de lo que, desde nuestro punto de vista, sucede en la clase, describiendo las actividades, relatando procesos y categorizando, en lo posible, las distintas observaciones que se van recogiendo” (p. 24). Porlán sugiere 3 categorizaciones:
a) Las referidas al profesor.
b) Las referidas a los alumnos
c) Las referidas a la comunicación didáctica. (Pág., 24).
De hecho en el 7° semestre, las alumnas organizan su información en torno a los siguientes núcleos temáticos sugeridos por la Asignatura Seminario de análisis de trabajo docente I y II (p. 18): Los niños, la educadora (coincidentes con Porlán, solo varían en los términos), y agrega el jardín de niños y el ambiente familiar y social de los niños; las asesoras también incluimos otra categorización denominada: documento recepcional, en las que se registran los eventos relacionados con su titulación.
En todas estas categorizaciones se pueden insertar cada uno de los aspectos mencionados anteriormente, por los autores citados. Entre todos ellos conforman un todo que lleva a comprender la dinámica de trabajo en los planteles escolares.
- Problematizaciones.
“El análisis de estas observaciones puede orientarse a identificar y aislar los diferentes elementos que las configuran, buscando establecer relaciones entre los mismos, haciendo preguntas problematizadoras” que las alumnas deben plantearse para profundizar en su análisis, como por ejemplo: “¿Qué conductas suelen manifestar los alumnos cuando se proponen determinados tipos de actividades?; cuando el profesor mantiene un determinado comportamiento, ¿cual es la respuesta de los alumnos?” que le permitan tomar decisiones para entablar nuevas acciones. etc. “Todo ello permite focalizar progresivamente nuestras observaciones, llevándolas de lo general a lo concreto sin perder las referencias del concreto” (Porlán, p. 24 y 25).
- Concepciones:
“Las concepciones no solo determinan nuestra manera de ver la realidad, si no que de hecho guían y orientan nuestra actuación en el aula”. Ideas preconcebidas, mitos que asumen como ciertos, pueden ser modificadas o erradicadas, ante la nueva luz de la experiencia analizada y reflexionada. (Pág. 34)
- Contrastaciones:
“El proceso de contrastación se puede estructurar metodológicamente en torno a tres grandes momentos
a) la descripción y el análisis de la dinámica general de la clase para determinar su situación de partida; movilizando un conjunto de informaciones (opiniones del profesor, de los alumnos, incidencias, materiales, etc.).
b) El diseño de nuevas acciones que aborden e intenten superar los problemas detectados, comparando la planificación con la propia actuación.
c) El desarrollo y la experimentación de los nuevos diseños, así como su seguimiento investigativo” (Porlán, p. 44)
Todo esto derivado de la reflexión.
- Teorización:
“La discusión no debe orientarse solo para problematizar la práctica, si no también a buscar nuevas soluciones bien fundamentadas, elaborando conjuntamente hipótesis de intervención. El diario, en este sentido, no solo debe recoger información empírica sobre los acontecimientos de la clase, si no que debe también, al hilo de diseño, ir recogiendo las nuevas incorporaciones teóricas que van a aplicar” (Porlán p. 67). Lo cual confirma cuando asevera que el diario también “Favorece también el establecimiento de conexiones significativas entre conocimiento práctico y conocimiento disciplinar, lo que permite una toma de decisiones más fundamentada” (p. 23).
- Seguimiento del avance:
“Es importante decidir previamente el tipo de información que deseamos recoger y los instrumentos que se van a utilizar (entrevistas, cuestionarios, etc.)” tal como lo hacen las alumnas en la ENES, al integrar la información proveniente de otras herramientas, con lo cual, como dice Porlán (p. 67), “El Diario debe ser el cuaderno de trabajo que nos permite hacer un seguimiento global, estructurado y sistemático de la nueva intervención”.
- Triangulaciones:
En las que se contraste las “informaciones procedentes de los sujetos que ocupan una posición diferente en la dinámica del aula” la que procede del punto de vista “nuestro como profesores, de los puntos de vista de los alumnos, y de los de cualquier observador no implicado en las responsabilidades docentes” (Porlán, p. 63) como sería el caso de las asesoras de la ENES.
Al término del período de prácticas, “Se trabajara con el diario de clase del profesor; con los diarios de clase de los alumnos; y con los informes periódicos del observador. Se harán análisis de contrastes a través de un proceso de triangulación que permita comprender como evoluciona la problemática y facilitar la toma de decisiones a diferentes niveles: en el equipo de profesores, en reuniones entre observador-profesor, en asambleas de clase con los alumnos, etc. (Porlán, p. 64).

- Atención a indicadores:
Los cuales se integran en una guía para ser detectados a través de la observación y registrados. “El uso del diario como un instrumento útil para la descripción, el análisis y la valoración de la realidad escolar.
Hasta aquí, se puede afirmar que esta es la forma en que se trabaja el diario “La orientación que en este sentido le hemos dado pretende iniciar un proceso de reflexión – investigación sobre la practica” (Porlán, p. 32). En donde
Las primeras descripciones, de un mayor nivel de generalidad, deben conducir a una visión más analítica a medida que van categorizando y clasificando los distintos acontecimientos y situaciones recogidas en el Diario. Posteriormente, al mismo tiempo que se reflejan y detectan los problemas prácticos, estos se van aclarando y delimitando en la medida van siendo trabajados. En este sentido, insistimos en la idea de que todo problema es “un proceso continuo” que se va desarrollando, reformulando y diversificando en sucesivas aproximaciones que van de lo general a lo concreto, desde la descripción al análisis, desde la explicación a la valoración, y al contrario (Porlán, p. 32).
Todas estas características mencionadas, son las que deben estar presentes en el diario de trabajo que las alumnas realizan como producto de sus jornadas de prácticas durante el Trabajo docente y que traen a la ENES, para su análisis posterior y reflexión, para determinar sus nuevas formas de intervención en el siguiente período de práctica.


Bibliografía:

- Porlán, Rafael, Martín, José (2000) El diario del profesor. Un recurso para la investigación en el aula. España, 8va ed. Ed. Díada.
- Díaz, Frida; Hernández Gerardo (2006). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. 2ª ed. México. Ed. Mc Graw Hill.
- Casanova, María A. (1998). La evaluación educativa. Escuela básica. México. SEP.
- Hernández, Roberto (2006). Metodología de la investigación. 4ª ed. México. Ed. Mc
Graw Hill.
- Secretaría de Educación Pública (2004) Seminario de análisis del trabajo docente I y II.Guísa de trabajo y materiales de apoyo para el estudio. Licenciatura en Educación Preescolar. México, SEP.